jueves, 3 de junio de 2010

LAS HADAS SHAKESPEARIANAS – 3ª PARTE

LAS HADAS SHAKESPEARIANAS – 3ª PARTE




TITANIA




A diferencia de Oberón, Titania no tiene una tradición como reina de las hadas. Fue Shakespeare en esta obra quien la encumbró a esta dignidad y después de esta consagración ha permanecido como legítima soberana feérica.



Podemos presentar a la reina de mano del acuarelista victoriano John Simmons. Durante su vida siempre fue considerado un pintor provinciano, y comenzó a tratar temas inspirados en la obra de Shakespeare en su madurez, hacía 1860.


El artista logró algunas acuarelas de belleza ideal, bañadas por luces nocturnas muy sugerentes.



Sus Titanias desnudas eran criaturas tan de ensueño, puras y discretas que no podían chocar a ninguna moral por puritana que fuese. Por lo demás el desnudo era admitido en la pintura feérica – como en las representaciones de la Antigüedad --, y los pintores de este género supieron hacer uso de esta tolerancia, pues encontramos
una presencia considerable de desnudos en estas obras.


John Simmons. Titania, 1866-Acuarela sobre papel.



La disputa entre Oberón y Titania




Un episodio muy representado de El sueño de una noche de verano ha sido el de la disputa entre Oberón y Titania a causa del niño que retiene la reina y que el rey quiere como paje. Pero Titania tiene razones para no querer separarse de él, pues le liga un tierno afecto:



Oberón. -- Poned remedio a estos males, pues: de vos depende.

¿Por qué debe Titania contrariar a su Oberón? No pido más que un niño para hacerlo mi paje de honor


Titania. -- No te preocupes por ello; todo el imperio de las hadas no bastaría para comprarme a este niño. Su madre fue un hada iniciada en mi secta: y en los perfumados aires de las Indias muy a menudo en la noche permanecía a mi lado charlando, sentada conmigo en las doradas arenas marinas.



Veíamos deslizarse sobre las olas las naves de los mercaderes y nos reíamos contemplando cómo las velas concebían y se hinchaban a los besos del viento liviano, las cuales ella, estando entonces encinta de mi joven escudero, con gracioso ademán quería imitar, y como una nave bogando por la tierra, iba y venia trayéndome bagatelas, como regresando con rico cargamento de largo viaje.



Pero ella siendo mortal, murió dando la vida a ese niño y por su amor educo yo a su hijo, y por su amor no quiero separarme de él.


La versión de Richard Dadd, que pintó durante 1854-58, pertenece al periodo de hospitalización en el psiquiátrico de Betlem Hospital, donde fue admitido a causa de una esquizofrenia que le llevó a asesinar a su padre en 1843. El artista trabajó en la obra de manera frenética y ésta tiene un aire propiamente alucinante; en el centro encontramos a los soberanos, ambos con sus pajes, y en el extremo derecho del cuadro detrás de la reina están representados Elena y Demetrio vestidos a la manera griega. Todo el espacio pictórico está lleno de una vida feérica en ebullición:



Llena de extraños y diminutos personajes que vuelan, bailan, juegan; acróbatas, faunos, centauros…. Entre Oberón y Titania vemos unas glorías de la mañana, marchitas, lo que ubica
sutilmente la escena en la noche, pues estas flores sólo se abren de día, a diferencia de la Ipomea Bona-Nox, cuyas flores blancas viven sólo de noche. La luz baña cruda y artificialmente por igual toda la escena, creando una extraña atmosfera.




Richard Dadd. Contradicción: Oberón y Titania, 1854-58



Joseph Noël Paton da una visión sumamente abigarrada del mismo episodio, pero lúdica sin la tensión del a obra de Dadd. Oberón
y Titania son aquí dos jóvenes fe belleza clásica y casi desnudos, de los que sólo sus extraños tocados revelan su naturaleza feérica, así como las livianas alas blancas que ostenta la reina.


A su alrededor se desarrollan todo tipo de actividades por parte de Elfos y Hadas, muchas de ellas de cariz erótico; el conjunto tiene algo de bacanal, como de alguna manera lo sugiere la escultura Pan – en el extremo derecho de la obra—tocando la flauta siringa.


(Recordemos que estas divinidades menores de bosques y prados, como Pan, Sileno, los sátiros y las ninfas, encarnan las fuerzas fecundantes de la naturaleza.)



Algunos elfos llevan gorros frigios, algún hada tocado egipcio, otros muchos simplemente flores. Muchas de estas hadas y elfos que se abrazan y persiguen efusivamente, recuerdan los retozos de
sátiros y ninfas.



El artista ha sabido crear un ambiente fantástico, exuberante, como la fuerza generadora de la Naturaleza, y recuerda por alguno de sus detalles la Antigüedad.



Mas discretas son las dos pequeñas acuarelas de Francis Danby, más contenidas y sobrias, si bien on un encanto lunar muy en concordancia con el mundo feérico.


Las dos obritas ilustran el mismo momento del acto II, escena I, en que los reyes élficos se encuentran en un mismo paraje del
bosque, entran cada uno por lugares diferentes con sus respectivos
acompañamientos y Oberón saluda a la reina de manera no muy cordial:


“Mal encuentro al claro de luna, orgullosa Titania”



En la versión de 1832, los efectos de luz lunar así como el de la luz de las luciérnagas son muy sugerentes……





En una carta de marzo del mismo año el artista se queja a un amigo de las dificultades de conseguir estos efectos nocturnos en acuarela.


Las flores y hongos sirven de referencia para dar la proporción de la pequeñez de los monarcas.



En ambas acuarelas vemos prímulas, lo que no es casual…………



FIN de la 3º parte. Continuará


Fuente: Elfos y Hadas en la Literatura y el arte


Montaje y Recreación:

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